La piscina iba a ser demolida, pero se salvó gracias a la crítica pública y a un grupo de mujeres involucradas en el proceso, a las que la transparencia del edificio les produce fragilidad.
120 plantas móviles crean un espacio público cambiante introduciendo el paisaje y articulando el espacio según el uso que las personas hacen él.
Piscina de Hammarkullen, Gotenburgo, Suecia.
Statens Konstrad, Public Art Agency, 2019.